El presidente de la Federación Agraria criticó al Gobierno por «su falta de previsibilidad» y por el «manejo extractivo del Estado»
Los fenómenos climáticos ya forman parte del debate entre el agro y el Gobierno. El titular de la Federación Agraria, Carlos Achetoni, también advirtió sobre las consecuencias que podría tener la sequía en 2023 para el sector agropecuario. “Vengo hace rato abriendo el paraguas sobre la sequía, heladas tardías y las granizadas que están diezmado la producción de distintas regiones del país”, dijo Achetoni a La Nueva República.
En los últimos días, la Mesa de Enlace de Entre Ríos reclamó al gobierno de la provincia que “declare el desastre agropecuario” por los serios daños a la producción de ese fenómeno climático. Además, el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, advirtió que la sequía podría hacerle perder a la producción unos 10.000 millones de dólares en 2023, tal como informó La Nueva República.
“Va a tener un efecto directo en la economía de productores de economías regionales, de lechería, de producción de proteínas cárnicas, huevos y trigo soja, girasol y maíz”, señaló Achetoni.
El dirigente de la Federación agraria señaló que “la falta de previsibilidad en dos puntos estratégicos para estas instancias de emergencia y desastre es tener un fondeo de la ley de emergencia que permitiría asistir la tremenda crisis en la que están los productores y un seguro integral o multirriesgo que permita sobreponerse de esta inversión fallida ante el bache productivo”. Y agregó: “Emergencia casi nada y seguro nada…”
Achetoni señaló que el Gobierno “el manejo del Estado ha sido tremendamente extractivo y asfixiante de recursos que lograban los productores en momentos de buen clima y cosecha, mediante la espantosa brecha cambiaria, cuya dualidad fue uno de los principales causantes de la falta de competitividad y rentabilidad de nuestros productores tanto a nivel nacional como internacional”.
También advirtió sobre “el flagelo constante que causaron las retenciones en todos los productores, con especial detrimento en los de menor escala, como si fuese poco aplicó en dos oportunidades una mejora especial llamada dólar soja”.
Achetoni señaló que el “privilegio sobre esta producción generó múltiples distorsiones de escala y en otras producciones y todo esto no lo hizo para mejorar la situación de los productores de soja, si no por una desesperada necesidad de divisas que tiene el gobierno ante un descontrolado gasto público, deficiencias en el auto sustento energético, que hace presagiar un año muy difícil para la economía de los productores y para el gobierno en este 2023”.