Preocupa el impacto local e internacional del cepo migratorio. El gobierno de Alberto Fernández analiza flexibilizar el cupo para el ingreso de los argentinos varados en el exterior. En la Casa Rosada existe un clima de alta preocupación por el impacto local e internacional de la medida. Es posible que el viernes próximo, cuando expira la Decisión Administrativa 643 se amplíe la cantidad de pasajeros permitidos para entrar al país. Mientras tanto, según pudo saber A24.com, el Gobierno acelera ahora los contratos para traer nuevas vacunas.
Las gestiones más avanzadas para firmar esos convenios son con Moderna y Johnson & Johnson. El caso Pfizer está más demorado, aunque las negociaciones están encaminadas. Ese es el paso obligatorio tras haber firmado el DNU 431, que permitió el ingreso al país de esos tres laboratorios. También ese decreto tuvo un alto costo político para el Presidente: modificó por DNU la ley de vacunas que se podría haber reformado meses antes, y haber evitado contagios y muertes.
Delta, Epsilon y los varados
El Presidente está entre tres fuegos por el impacto político negativo del cepo migratorio: por un lado lo alarma la posibilidad de que ingrese al país la variante Delta, de India, más contagiosa y letal. Del otro lado, los varados en el exterior se le fueron de las manos y avanzan causas judiciales favorables a los varados.
En el medio, asoma la tercera preocupación: la variante Epsilon, de California, que está en 51 países y es resistente a las vacunas, según la poca información que se tiene. Todos esos factores pesarán en la nueva decisión administrativa que deberá firmar el jefe del gabinete, Santiago Cafiero, durante el Día de la Independencia, el 9 de julio.
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