La foto con el papa Francisco no rindió lo que esperaba por el gesto adusto de Su Santidad y la frialdad del encuentro. El presidente Alberto Fernández volverá de su excursión por Europa con las manos semivacías. La foto con el papa Francisco no rindió lo que esperaba por el gesto adusto de Su Santidad y la frialdad del encuentro. Los apoyos políticos de los líderes europeos a la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional quedaron condicionados a la urgencia, algo que la vicepresidenta Cristina Kirchner rechaza, porque quiere ese acuerdo sólo después de las elecciones del 14 de noviembre próximo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, le dio “apoyo” para postergar el pago de 2400 millones de dólares al Club de París, que vence el 31 de mayo, pero sólo si antes llega a un acuerdo con el FMI. Cristina sería el principal escollo.
El objetivo es imposible, pero Alberto Fernández intentará remontar la cuesta en la reunión agónica de este viernes con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en Roma, cuyos objetivos no están claros. Será en un hotel cercano a la glamorosa Vía Veneto.
La respuesta de Macron causó desazón en la Casa Rosada, según pudo saber A24.com. “Hay mucho silencio, pero harán algún tipo de firulete temporal para decir que se avanza con el FMI. Eso permitiría acordar con Club de París en el interregno. Y después seguir acercando posiciones con el Fondo, más para fin de año”, dijo un funcionario que sigue de cerca las tratativas.
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