El kirchnerismo duro quería medidas fuertes por el crecimiento de casos en la provincia, bastión K. Pero la estrategia fue culpar de todo a CABA. Es la hora de la agudización de las contradicciones. El presidente Alberto Fernández resolvió el cierre de las escuelas por dos semanas y la ampliación de las restricciones a la nocturnidad en el AMBA por 15 días debido a la fuerte presión que recibió del gobernador bonaerense Axel Kicillof, de los sindicatos docentes del kirchnerismo y por el temor de la vicepresidenta Cristina Kirchner por lo que la pandemia del coronavirus puede causar en el conurbano bonaerense desde lo sanitario, económico y electoral.
Según pudo saber A24.com, el Presidente decidió agudizar la radicalización en todos los frentes. Por un lado, con sus medidas sanitarias y su discurso atacó al gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta y pasó por encima de la autonomía de la Ciudad al cerrar escuelas y comercios después de las 19.
“El conurbano bonaerense está desmadrado y ese es el epicentro electoral del kirchnerismo duro. Si el oficialismo pierde en ese bastión, puede perder las elecciones”, señalaban en el oficialismo. Las medidas de Alberto Fernández fueron un alineamiento elocuente con Kicillof y Cristina y otro golpe político para Larreta porque lo dejó en una situación incómoda ante su público.
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