La segunda ola del Covid-19 puede arrastrar las esperanzas electorales del Frente de Todos. El presidente Alberto Fernández está acorralado entre el virus, la economía y la vicepresidenta Cristina Kirchner. Tal como predica su jefa política, el Presidente debió adoptar una restricción dura para desacelerar los contagios del virus, perdió los estribos con la oposición, pidió postergar los plazos de pago al FMI y retrasará el aumento de tarifas públicas.
Según pudo confirmar A24.com, renacieron todas las tensiones entre el Instituto Patria y el ministro de Economía, Martín Guzmán. El bunker kirchnerista quiere alentar el distribucionismo en plena pandemia con los sectores medios y bajos para asegurar un triunfo electoral en las PASO de agosto. Guzmán -que aún tiene apoyo de Alberto- resiste por ahora la presión para auxiliar a los damnificados de la cuarentena de 3 semanas que comienza hoy. No habrá IFE, ni ATP, solo planes Repro.
En plenas tensiones internas, el gobierno bonaerense de Axel Kicillof -de la línea dura K- arrastró a la Casa Rosada a dictar un DNU con medidas drásticas de restricciones nocturnas, prohibición de circulación de 0 a 6, limitación de reuniones sociales y actividades recreativas para contener el virus que ya bate récords de contagios y ayer alcanzó los 23.683 casos positivos diarios.
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