El clima enrarecido vuelve a respirarse en la Casa Rosada. El presidente Alberto Fernández, sin grandes promesas cumplidas para celebrar el primer año de gestión, volvió a sentir de cerca la presión de la vicepresidenta Cristina Kirchner. La carta fulminante contra la Corte Suprema, a la que acusó de persecución judicial y lawfare, se sintió en el albertismo como un tiro por elevación al Presidente por no haber resuelto los problemas judiciales de ella en el primer año de mandato. Pero este jueves se volvieron a ver las caras públicamente después de mucho tiempo.
La vicepresidenta acusa internamente a Alberto de no influir en el Poder Judicial en favor de ella. Ese es el verdadero motivo de la grieta creciente entre ellos, según pudo saber A24.com.
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