Desde hace varios días, el gobierno de Alberto Fernández comenzó a sentir profundo nerviosismo por el banderazo convocado para el lunes 17. Pero la multitudinaria manifestación que se confirmó en todo el país, en un reclamo muy heterogéneo (contra de la reforma judicial, la inseguridad y la extensión de la “no cuarentena”), dejó al Presidente frente a un dilema de hierro: regresar a la moderación o radicalizarse.
“O se diferencia y vuelve a ser un moderado o se radicaliza. Espero que sea lo primero”, dijo a A24.com un funcionario de su entorno que miraba las protestas por televisión.
“La verdad, es incomprensible. Tenías a todo el país encerrado desde hace 150 días, empobrecido por la cuarentena, en un pico sanitario y de inseguridad, y metiste la agenda de la reforma judicial para nombrar 300 jueces para cuidar a Cristina Kirchner. Es una agenda contradictoria con la pandemia”, reflexionó otro que transitaba por una ruta del Conurbano en medio de bocinazos.
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