Los miedos son parte de la naturaleza humana y acompañan por tal nuestra existencia. El miedo es una emoción que se manifiesta en muchas experiencias de nuestra vida, principalmente en aquellas en las que no tenemos el control. En la actualidad transitamos una de esas experiencias, la pandemia del Covid-19. Ante esta experiencia impensada que vive el mundo, aparece el miedo porque sentimos que no tenemos control sobre el virus, sobre los contagios, sobre el enfermar, sobre el morir.
Tampoco tenemos control sobre el futuro, el cuándo finalizará ni el cómo será ese tiempo pasada la pandemia. Esa posible nueva normalidad genera incertidumbre y miedo porque no tenemos el control sobre esto ni sobre aquello, sobre el presente ni sobre el futuro.
El miedo es una reacción o respuesta ante lo desconocido y para poder vivir en el contexto actual, es preciso desarrollar recursos para vivir con y sin el miedo. Sí, con y sin el miedo. Es preciso tomar protagonismo sobre esta circunstancia que se nos impone y poner en juego nuestros recursos para vivir con el miedo.
El recurso que tenemos disponible para vivir con el miedo es la prudencia. La prudencia orienta nuestras conductas hacia el autocuidado. Otro recurso disponible para vivir con el miedo es la responsabilidad individual.
La responsabilidad individual nos guía en el conocimiento de que todos nuestros actos tienen consecuencias. Nuestros actos tienen consecuencias sobre nosotros y también un impacto en los otros. Prudencia y responsabilidad individual son recursos a poner en juego para tomar protagonismo en esta pandemia y poder vivir con el miedo.
El vivir sin miedo, implica transitar esta situación sobre la cual no tenemos el control, minimizando los riesgos con actitudes prudentes y responsables. Vale decir que los recursos que utilicemos adecuadamente para vivir con el miedo serán los que nos posibiliten vivir sin miedo esta tragedia para la humanidad que es la pandemia.
Aquellos que sean capaces de poner en juego sus recursos de autocuidado y responsabilidad individual, guiados por la virtud de la prudencia, podrán aún en circunstancias adversas como las actuales, desarrollar su autoconfianza y sostenerse desde ella para vivir este tiempo con sentido y esperanza, con y sin el miedo.