La pandemia es una catástrofe que no es considerada en su total magnitud. El Estado recomienda el aislamiento social y es el primero en aislarse de la sociedad en muchos temas menos trascendentes. Los ciudadanos se tapan la boca obligatoriamente pero no tienen la boca tapada para hacerse escuchar.
El alcohol abunda en todos lados, pero parece usarse en grandes cantidades para inspirase y tomar algunas decisiones en los despachos oficiales. La gente se lava repetidamente las manos pero no deja de sentirse participe de lo que les preocupa y no se desentiende de lo que considera una urgencia a tratar.
La anarquía de lideres o referentes, preocupados por internas y grietas, hacen que suenen las alarmas de un tiempo que la historia muestra despiadadamente con enfrentamientos y violencia.
Es indispensable escuchar a los ciudadanos que tienen tolerancia cero ante la falta de acciones directas y claras. Los mecanismos tecnológicos son el instrumento mas eficaz para tener el diagnostico preciso y deberían funcionar como testeo permanente, a través de la redes o de las encuestas on line, para trazar el cuadro de situación que reviste tanta gravedad como la proliferación del virus.
Están los antecedentes a la vista: marchas, protestas, cacerolazos y cataratas de opiniones anónimas son el indicio para definir el rumbo y no hacer marketing de gurues que muestran estudios de opinión poco confiables.
Se esta poniendo sobre la mesa la integridad del país y la construcción de un futuro con el peligroso costo del descontrol y la falta de garantías.
No se trata de ningún partido ni de dirigentes, se trata de estructuras políticas que no generan confianza y provocan indignación por la dispersión de las prioridades. Faltan vacunas y estudios sobre el coronavirus pero sobran paginas en la historia mundial para dar cuenta del presente cuyas consecuencias se multiplican con la misma virulencia del Covid.
El primer clamor popular en 1810 fue “el pueblo quiere saber de que se trata”, hoy lo sabe y lo sufre, y quiere que lo traten como corresponde. Consultarlo es tenerlo en cuenta y reconocer la importancia y el poder, que aunque no ejerce, tiene y puede usar.